Yo había tenido lecturas muy próximas al taoísmo y comencé a escribir algunos relatos con temas taoístas y al principio los había ambientado en Villa Urquiza. Pero de pronto me di cuenta de que esos relatos funcionaban notablemente mejor y evitaban explicaciones larguísimas si transcurrían en la China. Por ejemplo, hay un cuento en el que un señor vuelve de la guerra a su casa después de 30 años. El apenas si recordaba dónde quedaba su casa. Al final viene a saberse que volvió a un lugar equivocado, que ésa no era su casa, pero también se descubre que da lo mismo, que su vida hubiera sido igual en la casa verdadera. Esto quiere decir, en principio, que no hay ningún destino preferible a otro, que no tenemos tiempo de ser nadie. Pero para que eso funcionara bien la China era preferible. Y entonces se me llenó el libro de chinos.
-¿Conocés China?.
-No. La China es tan lejana que me da un poco de miedo. Muchas veces pienso: "Y si voy, y en vez de encontrarme con ciudades deliciosas me encuentro con un Pekín lleno de oficinas de gobierno, burocrático y chato", digo, es muy lejos para equivocarse. No sólo es muy lejos sino que no hay nada más cerca. Ponele que no te guste Italia. Bueee, te vas a Suiza, yo qué sé. Yo lo consulto al chino de acá abajo, que tiene un supermercado, y él se niega a darme cualquier clase de información. Le digo cualquier cosa, por ejemplo, "wu", y le pregunto si quiere decir "no". El tipo me mira y no me dice ni sí ni no, no me da ninguna clase de explicación. Probablemente han recibido instrucciones en ese sentido para que nadie sepa el idioma sino ellos. A lo mejor este hombre ni siquiera es chino y finge, finge una chinez que le conviene a efectos comerciales.
Otros links: La venganza será terrible en vivo , Website sobre Alejandro Dolina
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