De la redacción de LA NACION
por Alfredo Bernardi
Nadie te cree, Argentina. Todos te miran y se sorprenden. Hoy es el tenis y los tres casos de doping en siete meses; o los seis en 12 años. Es así, Argentina… Pasás del encanto al sufrimiento. De la risa al llanto. A la sorpresa encubierta por no saber qué sucede. O a la búsqueda de explicaciones para tratar de justificar lo injustificable.
Nadie te cree, Argentina. Por esa eterna costumbre de pretender ir en contra de la corriente del mundo. “Total, ¿quién va a poder contra nosotros, si somos Gardel?”
Y nadie te cree, Argentina, no por culpa tuya, sino nuestra. De los argentinos.
Sos la misma cuyo Congreso, ante los ojos de todo el planeta, aplaudió el default. “Total, ¿para qué vas a pagarle tu deuda al FMI, no?”
Sos la misma que se hace famosa porque nadie paga impuestos. “Total, si no sirven para nada…”
Sos la misma que tarda en reaccionar ante el dolor de la gente del Chaco. Y que demora una eternidad en llevar esos más que urgentemente necesarios bidones de agua, mientras algunos de tus políticos (que dicen ser limpios y honestos) compran votos con eletrodomésticos o colchones.
Sos la misma que se siente feliz hallando un hueco para burlar la ley. “¡Total, nadie la cumple!”
Sos la misma que se sostiene en la viveza criolla, en el atar todo con alambre y en la picardía innata. Ya te escuché: “¡Total, qué me va a pasar! ¡Si yo me las sé todas!”
Sos la misma a la que le “cortaron las piernas”. Porque “es el mundo el que está en contra.”
Sos la que se vanagloria de un gol convertido con la mano de Dios tanto como con la genial jugada posterior. “Total, si le robás a un ladrón…”
Hasta que siempre te pasa lo mismo: vivís pegándote contra la pared.
Y sí, sos así. Somos así. En la vida como en el tenis. ¿Qué explicación me vas a dar? ¿Que hay otros casos de doping en el mundo? ¿Que hay otros que no se dicen? ¿Que existe un complot y que los otros nos tienen envidia porque somos argentinos, los mejores del mundo…?
¿Por qué no me decís que seis casos en 12 años es una barbaridad y que toda la Legión se escurre como agua entre los dedos? ¿Por qué no me contás que ese 25 por ciento involucrado en los controles positivos tiene su enorme responsabilidad? Y, también, ¿por qué cuesta tanto que alguien ponga la cara y diga me equivoqué o debo haber hecho algo malo? Pero no, siempre están las excusas o el yo no sabía…
Nunca me contás que un país se construye respetando al de al lado, sin engaños o trampas, transitando el camino más largo, fomentando la educación, cumpliendo la ley, dejando los individualismos y sumando en conjunto.
Ayer, tu tenis, Argentina, ése que estaba preparado para cubrirse de gloria, firmó su acta de defunción. Tres casos en siete meses; seis en 12 años. No quieras explicármelo, Argentina. Ya es demasiado tarde. Para esto y para las otras cosas. Nadie te va a creer.